lunes, 30 de septiembre de 2019

Exposicion Cultura Otomi

Escuela preparatoria oficial numero 203

Materia.    Historia de mexico

Maestro. Julio cesar hernandez garcia

GrADO: 3                                         GRUPO: 4

Cultura otomi

Integrantes:
v Adilene de la luz valerio
v Eunice zabai calzada higuerón
v America arleth escalona cruz
v Geidi Dominguez trigueros
v Victor adrian Melendez flores
v Andrea Nuñez palma
v Tadeo sanchez cuevas

CULTURA OTOMI

El otomí es un pueblo indígena que habita un territorio discontinuo en el centro de México. Está emparentado lingüísticamente con el resto de los pueblos de habla otomangueana, cuyos antepasados han ocupado el Eje Neovolcánico desde varios milenios antes de la era cristiana.[cita requerida] Actualmente, los otomíes habitan un territorio fragmentado que va del norte de Guanajuato, al oriente de Michoacán y al sureste de Tlaxcala. Sin embargo, la mayor parte de ellos se concentra en los estados de Hidalgo, México y Querétaro. De acuerdo con las estadísticas de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de México, la etnia2 otomí sumaba 646.875 personas en la República Mexicana en el año 2000, lo que les convierte en el quinto pueblo indígena más numeroso del país.


TERRITORIO ETNICO
El territorio étnico de los otomíes ha sido históricamente el centro de México. Desde la época precolombina, los pueblos de habla otomangueana han habitado esa región y se les considera como pueblos nativos de las tierras altas mexicanas. De acuerdo con el cálculo de Duverger, “es posible que los pueblos otomangueanos se hayan encontrado en Mesoamérica por lo menos desde el inicio del proceso de sedentarización, el cual tuvo lugar en el octavo milenio antes de la era cristiana”. La ocupación otomangue del centro de México remite entonces al hecho de que las cadenas lingüísticas entre las lenguas otomangueanas se hallen más o menos intactas, de modo que los miembros lingüísticamente más cercanos de la familia se encuentre también próximos en el sentido espacial. La primera fractura del grupo otomangueano ocurrió al separarse las lenguas orientales de las lenguas occidentales. El brazo occidental está compuesto por dos grandes ramas: los pueblos de habla tlapaneco-mangueana y los de habla oto-pame. Entre estos últimos se encuentran los otomíes, asentados en el Eje Neovolcánico mexicano junto con el resto de los pueblos que forman parte de la misma rama otomangueana —mazahuasmatlatzincastlahuicaschichimecas jonaces y pames—.
Los otomíes en la actualidad ocupan un territorio fragmentado que se extiende por los estados de México, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Michoacán, Tlaxcala, Puebla y Veracruz. Todos estos estados se encuentran en el corazón de la República Mexicana y concentran la mayor parte de la población del país. De acuerdo con los espacios con mayores concentraciones de población otomí, este pueblo puede agruparse en cuatro vertientes: el Valle del Mezquital, la Sierra Madre Oriental, el Semidesierto queretano y el norte del estado de México. Aislados de estos grandes grupos “que concentran alrededor del 80% del total de miembros de este pueblo indígena se encuentran los otomíes de Zitácuaro (Michoacán), los de Tierra Blanca (Guanajuato) y los que aún quedan en Ixtenco (Tlaxcala)”. Por el territorio en el que se encuentran, los otomíes viven en una intensa relación con las grandes metrópolis como la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, la ciudad de PueblaToluca y Santiago de Querétaro, sitios a donde muchos de ellos han tenido que emigrar en busca de mejores oportunidades de trabajo.

ACTIVIDAD AGRÍCOLA

La actividad agrícola, que gira en torno al cultivo del maíz, está íntimamente ligada a los ciclos ceremoniales. Las familias otomíes organizan sus actividades alrededor de los ciclos de cultivo y cosecha. Aunque existen zonas de riego, la mayoría de las tierras son de temporal; así la alternancia entre la temporada de secas y la de lluvias determina la organización de la actividad agrícola. En estas tierras altas y frías, las lluvias empiezan en mayo o, si vienen tarde, en junio; de ahí que las labores de preparación del terreno inicien en marzo y abril. Las primeras ceremonias del año tienen que ver con la petición de lluvias; una de ellas —posterior a la bendición de las semillas para la siembra, que tiene lugar el 2 de febrero, día de la Virgen de la Candelaria— es la peregrinación al santuario del Señor del Cerrito (Ixtlahuaca), llamado también el “Señor de las Aguas”, en la que participan numerosos pueblos otomíes. En mayo, cuando las planicies y cerros reflejan la sequedad del ambiente, tiene lugar, el día 3, la fiesta que anuncia la proximidad de las lluvias. Los santuarios de la región se animan con los festejos de la Santa Cruz; la siembra de temporal empezará después de las primeras lluvias. Los meses de mayor precipitación pluvial son junio, julio y agosto, y los de menor, noviembre y febrero. En el periodo de lluvias, las pequeñas lagunas empiezan a proliferar en las planicies. En algunos pueblos se cosechan los primeros elotes en el mes de agosto, ocasión en la que las familias realizan la bendición de las milpas y organizan una comida alrededor de los sembradíos.

COSTUMBRES

Los otomíes es una civilización que sigue existiendo, aunque su población no es demasiado abundante en comparación con otras culturas de la época. En cualquier caso, muchas de las costumbres de antaño se siguen viendo entre sus individuos.

 

Tradiciones de la cultura otomí


Los otomíes se organizaban en poblados.

Su régimen político era una república, pero con autoridades y señores que ostentaban el poder.

A menudo celebraban la ceremonia del Moshte que está relacionada con las cosechas.

Era común que se festejara el día de los muertos.

El trueque era su principal moneda de cambio.

La música era muy importante, sobre todo el Chimarecú, que se combinaba con un baile en las ceremonias matrimoniales.

 

Su forma de vida


Su alimentación era variada, siendo el principal producto el maíz. También comían vegetales como la calabaza, el frijol o el garbanzo. Frecuentemente utilizaban hierbas como la manzanilla y la carne solo se comía en pequeñas cantidades y normalmente en fiestas.
Sus casas se construían con madera, adobe y tejamanil. Contaban con una habitación, cocina, patio, un pequeño huerto y el granero.

Eran seminómadas 

 

La familia lingüística otomangueana es una de las más antiguas que hay en Mesoamérica y a la que pertenece la lengua otomí. Esta idioma está muy relacionado con la lengua mazahua, que se habla principalmente en la parte noroeste de México. Aunque es su base, a partir del siglo VIII el otomí se constituyó como un dialecto propio que se fue desarrollando en la era cristiana.

Actualmente, la lengua otomí es el resultado de un gran número de hablas de los pueblos que se asentaron en las regiones de Mesoamérica en aquella época. No se sabe con exactitud cuántas lenguas forman parte del idioma otomí, aunque los expertos calculan que el número se encuentra alrededor de las 100. De ahí que se trate de un idioma bastante complejo.

Vestimenta otomí


En la época prehispánica los otomíes fabricaban sus prendas utilizando agave o hilo de maguey, así como el algodón y las fibras de palma silvestre. Siendo los colores predominantes el pardo o café y el blanco. Cuando llegaron los españoles, comenzaron a utilizar la lana, sobre todo en las regiones más frías.
La vestimenta tradicional para las mujeres es una manta blanca con bordados, aunque también se pueden ver prendas de colores como el azul, negro o morada a rayas. Suelen utilizar trenzas que recogen con cintas o cordones de lana.  Los hombres utilizan camisa, que se coloca debajo del sarape y los pantalones o calzón los sujetan con un ceñidor. Además, añaden a la vestimenta un sombrero de alas anchas y copa cónica.

Aportaciones de la cultura otomí a la sociedad

La cultura otomí ha dejado huella en la sociedad y a día de hoy se pueden destacar múltiples aportaciones importantes. Entre ellas hay que hablar del calendario de fiestas, la mayoría de origen religioso, donde los santuarios se vuelven los principales protagonistas de culto. También es fundamental destacar la gran elaboración de textiles, siendo la lana y el algodón los productos más utilizados. Además, los otomíes añadieron los adornos y figuras a las prendas, para darle un toque más estético.
Las cestas es otra de las aportaciones otomí, que se elaboran con materiales 100% naturales, duraderos y resistentes, como la vara de sauce. A los otomíes se les debe la invención del chapopote, un derivado del petróleo, que se utiliza para fabricar vasijas, macetas o cazuelas. También desarrollaron la metalistería, es decir, el uso de metales para la fabricación de artículos, siendo los más utilizados el cobre, la plata y el hierro. Las familias como unidad básica dentro de una comunidad es una idea otomí, al igual que la importancia de la figura del padrino. Finalmente no hay que olvidar las aportaciones en el campo de la medicina, aprovechando las características de las plantas naturales que han servido para enfrentarse a todo tipo de enfermedades a lo largo de las épocas.
 

Fuentes de consulta
Indígenas,2006(pueblos indígenas de mexico contemporáneos)
disponible en
<http//www.cdi.gob.mx/dmdocuments/otomíes_valle_mezezquital.pdf>(consulta17junio2012)
 https://es.wikipedia.org/wiki/Pueblo_otom%C3%AD
 
Para exposición revisar el link https://youtu.be/L9JxWVGTix4


 https://youtu.be/L9JxWVGTix4

2 comentarios:

  1. Excelente Cultura , ya que hay muchos temas que abordar de gran importancia para México ya que han dejado un legado enriquecedor para las generaciones futuras , siendo una cultura "común a las demás" como cualquiera , esta cultura dejo un gran legado.

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  2. ¡GRACIAS POR LA INFORMACIÓN , ES DE GRAN UTILIDAD!

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